n un estudio sobre equipamiento multimedia (llamado así
con no demasiada fortuna) aparecido en un periódico de
circulación nacional se daban cifras referidas a las
densidades telefónica, televisiva e informática de diferentes países. España figuraba en posiciones intermedias, relativamente competitivas en numero de telefonos y televisores, pero muy bajas en equipamiento informático.
Sirva esta introducción para poner de relieve el punto en que todos parecen coincidir: el ordenador aún no ha entrado en la mayoría de hogares, ni siquiera en los EEUU. En España, la densidad de implantación (número de equipos por cada cien habitantes es del 7 % frente al 29,7 % del gigante americano).
De momento aún falta recorrer un largo camino. Sin embargo, en la carrera para llegar al gran público, Apple está muy bien colocada. Hay equipos que están en esta línea -la solución Family Mac, por ejemplo- y sobre todo hay ideas para un futuro no lejano que dejan pálido el presente.
El entorno condiciona
Pero no todo depende de Apple, hay factores externos, que impone el entorno y que juegan su rol. Estos factores se resumen en uno: la plataforma dominante en sectores sensibles condiciona extraordinariamente la decisión de compra de un usuario potencial.
Por ejemplo, en el ámbito educativo, si hay una gran desproporción a favor de las aulas con terminales pc frente a las aulas equipadas con Macs, la presión que recibe un alumno o una alumna en favor de los primeros es muy fuerte y se trasladará por razones obvias a la elección del ordenador que usarán en casa, especialmente si la compra depende de los padres.
Por otro lado, si las grandes empresas y las administraciones u organismos públicos usan mayoritariamente determinado tipo de ordenador personal, la imagen que proyectan sobre el gran público tiene un enorme peso: es muy difícil convencer a la gente que compre un modelo de ordenador que no se ve, que muy pocos usan y del que aparentemente obtendrá escasas rentas.
Apple est√° en el buen camino pero no basta. Debe dar el salto cualitativo que deje atr√°s a sus competidores, ajustar precios y dar calidad m√°xima. Se trabaja en ello, estoy seguro.
Pero aún no es suficiente. Aquí hay que romper las trabas burocráticas que impiden la presencia del Mac en la enseñanza pública y en los organismos de la Administración. Necesitamos como agua de mayo máquinas híbridas PowerPC de diversos proveedores que puedan correr varios sistemas operativos -el MacOS, por supuesto- para quebrar barreras y mitos con la fuerza de los hechos. En estas circunstancias las cosas pueden cambiar notablemente, de modo que se produzca un efecto indirecto, de dominó. Entonces, poco a poco, las máquinas de la manzana se irán integrando en muchos de nuestros hogares. Eso espero, evidentemente.